Cuando la moda se sienta a la mesa

Del escaparate al mantel

En el corazón de las capitales más cosmopolitas del mundo, la moda y la gastronomía han iniciado un maridaje inesperado, pero perfectamente orquestado. Ya no basta con vestir un diseño de alta costura; ahora, las grandes casas de moda invitan a saborear su esencia. Tiffany’s, Louis Vuitton, Gucci y Dior no solo dominan las pasarelas: hoy, sus logotipos coronan pasteles, lattes y vajillas de autor en cafés y restaurantes que elevan el fine dining a una experiencia multisensorial.

“Hoy el lujo no solo se porta, se vive. Cada aroma, textura y bocado forma parte de una narrativa cuidadosamente diseñada”, explica Luis Alejandro Morales Ortíz, Executive Director de another, agencia líder en comunicación estratégica en América Latina. Así, el acto de comer se transforma en un ritual de identidad, una extensión de marca tan poderosa como un bolso o una fragancia.

Moda para saborear: los templos gourmet del lujo

La incursión de las marcas de lujo en el terreno culinario comenzó de forma discreta, pero ha crecido hasta formar una red global de espacios donde se cocina identidad. Gucci Osteria, con presencia en Florencia, Beverly Hills y Tokio, es un claro ejemplo: el chef Massimo Bottura armoniza sabores italianos con la exuberancia visual característica de la firma.

Por su parte, Armani/Ristorante en Madison Avenue ofrece platillos nostálgicos como los cannelloni genoveses, servidos entre mobiliario de la colección Armani/Casa, creando un ambiente donde cada detalle comunica sofisticación. En Le Café Louis Vuitton, ubicado en Manhattan, el café con monograma es solo el inicio: flores LV adornan sándwiches y los postres parecen esculturas comestibles, gracias al talento de chefs como Christophe Bellanca.

El Blue Box Café de Tiffany’s, también en Nueva York, se ha convertido en un ícono: bajo una lluvia de cajas celestes colgantes, los visitantes pueden literalmente tener “desayuno en Tiffany’s” por 98 dólares. Una experiencia de lujo servida en platos azules y cargada de nostalgia, exclusividad y diseño.

El algoritmo también tiene apetito

Más allá del sabor, estas experiencias están pensadas para ser vistas, compartidas y celebradas en redes sociales. Como señala Morales Ortíz, “la gastronomía se convierte en una vía de acceso emocional al lujo: es más accesible que un bolso de cinco cifras, pero proyecta el mismo valor simbólico”.

En efecto, un postre Dior o un capuchino Louis Vuitton no solo satisfacen el paladar; permiten una vivencia estética con valor aspiracional. La cámara del celular es el nuevo comensal. La fotografía del plato —con su logo visible y fondo cuidadosamente diseñado— se vuelve parte de una estrategia de marca donde cada elemento comunica.

América Latina se sienta a la mesa del lujo

En los últimos años, la tendencia ha comenzado a florecer también en Latinoamérica. Aunque aún no existen restaurantes permanentes de casas de moda como en Europa o Asia, algunas firmas han apostado por experiencias efímeras que reconfiguran la relación con el consumidor latino.

Uno de los hitos más recientes fue la apertura del Blue Box Café de Tiffany & Co. en la flagship store de Masaryk, Polanco, en marzo de 2025. Con 878 metros cuadrados y diseño adaptado al contexto mexicano —como las lámparas de Perla Valtierra o los mosaicos inspirados en el arte de Louis Comfort Tiffany—, la experiencia se adapta al entorno sin perder la esencia global de la marca.

Dior también dejó huella con su pop-up café navideño en El Palacio de Hierro Polanco. El menú incluyó creaciones como el Chai DIOR Infusión, servido en cajas doradas, y una carroza decorativa como epicentro visual. Aunque temporal, el espacio atrajo a amantes del lujo y la repostería por igual.

En primavera de 2025, Guerlain se unió al hotel Sofitel Mexico City Reforma para presentar Le Café Guerlain x Sofitel, una experiencia sensorial con pastelería inspirada en notas florales. Con fachada intervenida artísticamente, el café transmitió un mensaje claro: el lujo puede ser sustentable, efímero y profundamente emotivo.

Comer diseño, saborear herencia

En un mundo donde las marcas luchan por conquistar la atención y la fidelidad del consumidor, el plato se convierte en un vehículo de storytelling. Cada mesa, cada bocado, es una oportunidad para comunicar valores como legado, exclusividad, belleza y sostenibilidad.

“Un menú bien diseñado no solo nutre: narra, conecta y trasciende”, concluye Morales Ortíz. Para las marcas, el fine dining ya no es un lujo colateral, sino una plataforma vital para crear vínculos emocionales con sus públicos. El branding se mastica, se degusta y se publica.

La alta costura se ha servido en platos dignos de museos. El lujo ya no solo se usa: ahora también se come, se bebe… y se postea.

Sobre another
Fundada en 2004, another es una agencia independiente de comunicación estratégica con presencia en más de 10 países y una oferta de servicios integrados que abarca desde branding y relaciones públicas hasta experiencias de marca. Ha sido reconocida con premios como los SABRE Awards y Latin American Excellence Awards. Para más información: another.co.

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